<p>Quizá no pueda ser definida estrictamente la <strong>»Guerra de los 12 Días»</strong>, como había <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/06/24/6859dac4e85ece42418b4572.html» target=»_blank»>proclamado el presidente estadounidense</a>, <strong>Donald Trump</strong>, en su anuncio en la madrugada del lunes sobre el acuerdo de alto fuego entre Israel e Irán, sino la «Guerra de los 13 Días», debido a la tensa jornada de este martes. Pero, a fin de cuentas, la frágil calma se ha impuesto a los misiles y bombas. Un escenario deseado hoy por ambos países, que regresan gradualmente a la rutina.</p>
«Tenemos dos países que han estado luchando tan duro y durante tanto tiempo que no saben qué carajo están haciendo», declaró el presidente estadounidense
Quizá no pueda ser definida estrictamente la «Guerra de los 12 Días», como había proclamado el presidente estadounidense, Donald Trump, en su anuncio en la madrugada del lunes sobre el acuerdo de alto fuego entre Israel e Irán, sino la «Guerra de los 13 Días», debido a la tensa jornada de este martes. Pero, a fin de cuentas, la frágil calma se ha impuesto a los misiles y bombas. Un escenario deseado hoy por ambos países, que regresan gradualmente a la rutina.
Con mensajes poco diplomáticos a favor de la diplomacia, Trump hizo que pilotos de Israel que volaban hacia Irán para responder a los dos misiles disparados -pese a la tregua- contra su país diesen media vuelta. Como resultado de la conversación telefónica entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la represalia se centró en sistema de radar en las afueras de Teherán, y no contra objetivos del régimen de Ali Jamenei y lanzaderas de misiles, como estaba previsto.
«Tenemos dos países que han estado luchando tan duro y durante tanto tiempo que no saben qué carajo están haciendo«, declaró Trump, enfadado con Irán, pero también con Israel, por su ataque tras el anuncio en la madrugada del lunes, antes de que el alto el fuego entrara en vigor. «Israel, en cuanto hicimos el trato, salió y lanzó una lluvia de bombas como nunca antes había visto», denunció, para posteriormente instar a Netanyahu -con un tono duro, poco habitual en sus estrechas relaciones- a no responder al ataque iraní. «Israel. No lancen esas bombas. Si lo hacen, es una grave violación. Traigan sus pilotos a casa, ¡ahora!», pidió en Truth Social, en un mensaje repetido por teléfono.
Ante las críticas de Trump y aunque sin citarle, Netanyahu justificó la acción de su Fuerza Aérea en la madrugada previa a la tregua. «El alto el fuego fue fijado para las 7:00 a.m. y a las 3:00 a.m., Israel atacó con fuerza en el corazón de Teherán, atacando objetivos del régimen y matando a cientos de Basij (fuerza interna de Guardia Revolucionaria) y fuerzas de seguridad iraníes», señaló. Asimismo, denunció que Irán mató a cuatro civiles israelíes por misiles contra Beer Sheva antes de la tregua y que, tres horas después de entrar en vigor, disparó tres misiles más.
«Tras la conversación del presidente Trump con el primer ministro Netanyahu, Israel se abstuvo de realizar más ataques», admitió su gabinete en un comunicado que confirma que la demanda de algunos ministros de una respuesta contundente es menos relevante que la de Trump para evitarla. Se sigue así un guion claro desde que su aliado volvió a la Casa Blanca: no desafiarlo ni, por supuesto, enfadarle. Y menos aún cuando aceptó «completar el trabajo» de la Fuerza Aérea israelí y el Mosad en las últimas semanas con el bombardeo de tres importantes centrales nucleares iraníes.
«Irán ha violado de forma grosera el acuerdo de tregua y lo pagará caro», habían avisado en el Gobierno mientras el ministro de Defensa, Israel Katz, anunciaba que responderían con «intensos ataques contra activos del régimen y la infraestructura terrorista en Teherán».
Irán negó que disparara misiles contra el norte de Israel, al que acusó de romper la tregua: «El régimen agresor sionista atacó centros en suelo iraní en tres oleadas hasta las 9.00 de la mañana (5:30 GMT) de hoy». Según el portavoz militar iraní citado por la agencia Fars, «las Fuerzas Armadas habían anunciado previamente que no dejarían ninguna agresión sin respuesta y que este régimen pagaría un alto precio».
«Irán no violará el alto el fuego siempre y cuando el régimen sionista no lo viola», señaló el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, mientras otros portavoces destacaron «la determinación de las respuestas a las agresiones».
En la oleada de ataques aéreos en la madrugada previa a la tregua, Israel mató al comandante de la Guardia Revolucionaria en Alborz, Mojtaba Karami, en la sede de la milicia paramilitar Basij. En Irán también denunciaron, en otro ataque, el asesinato de Mohamed Reza Seddighi Saber. Éste científico nuclear fue sancionado a principios del año por el Departamento de Estado y el Tesoro de Estados Unidos por sus vínculos con el programa nuclear iraní.
La jornada en Israel e Irán empezó marcada por la declaración de Trump sobre una tregua que sorprendió por la forma pero no el fondo ya que las dos partes estaban muy interesadas en finalizar su primera guerra abierta.
Jamenei quería frenar cuanto antes los golpes sin precedentes recibidos para no poner en riesgo su régimen, pero antes, necesitaba realizar una respuesta limitada, como hizo el lunes, al bombardeo de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Fordow, Isfahan y Natanz. Netanyahu, por su parte, destaca «logros históricos» para poner fin a la Operación León Ascendente iniciada el pasado 13 de junio. Según él, su país logró eliminar «una doble amenaza existencial inmediata sobre ella, tanto en el campo nuclear como en el de los misiles balísticos» además de golpear la cúpula militar y de la Guardia Revolucionaria.
«En plena coordinación con el presidente Trump, Israel ha aceptado la propuesta del presidente de un alto el fuego bilateral», confirmó en un comunicado.
Horas antes, uno de los 20 misiles de Irán sorteó el escudo defensivo israelí e impactó en un barrio residencial de Beer Sheva causando cuatro muertos. El ataque destruyó amplias zonas de varios edificios de seis pisos mientras los heridos fueron evacuados al Hospital Soroka que el pasado jueves sufrió el impacto de otro potente misil.
La guerra -iniciada con la ofensiva israelí a gran escala contra objetivos nucleares y militares iraníes- ha dejado un balance de 610 muertos en Irán y 29 en Israel.
Mientras los dos países mantienen la frágil tregua observada con la lupa crítica de Trump, se elevan dos preguntas: cómo influirá la guerra -y su cese- en las negociaciones entre Irán y EEUU sobre el plan nuclear (esté diezmado o sólo golpeado) y entre Israel y Hamas sobre una tregua en la devastada Franja de Gaza.
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