<p>Las autoridades iraníes desataron una <strong>ola de detenciones sin precedentes</strong> durante los 12 días de guerra contra <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/guerra-israel.html»>Israel</a>, con<strong> 21.000 sospechosos arrestados por espionaje y violaciones de la seguridad del Estado</strong>. La cifra de detenidos ha sido revelada ahora por el portavoz de la policía, Saeed Montazerolmehdi, que felicitó a la ciudadanía por revelar datos sobre los sospechosos durante la operación. «Hubo un aumento del 41% de las llamadas del público, lo que condujo al arresto de 21.000 sospechosos durante la guerra de 12 días», declaró Montazerolmehdi en una intervención televisada, aunque no reveló si los detenidos siguen en custodia policial.</p>
Más de 2.700 de los detenidos son extranjeros, aunque sus nacionalidades no han sido reveladas por el régimen de Teherán
Las autoridades iraníes desataron una ola de detenciones sin precedentes durante los 12 días de guerra contra Israel, con 21.000 sospechosos arrestados por espionaje y violaciones de la seguridad del Estado. La cifra de detenidos ha sido revelada ahora por el portavoz de la policía, Saeed Montazerolmehdi, que felicitó a la ciudadanía por revelar datos sobre los sospechosos durante la operación. «Hubo un aumento del 41% de las llamadas del público, lo que condujo al arresto de 21.000 sospechosos durante la guerra de 12 días», declaró Montazerolmehdi en una intervención televisada, aunque no reveló si los detenidos siguen en custodia policial.
Las fuerzas de seguridad informaron que entre los detenidos se encuentran 2.774 extranjeros, aunque no dieron detalles sobre sus nacionalidades. Al menos 261 personas han sido acusadas de espionaje, mientras que el grueso de los detenidos -5.700- están acusados de delitos cibernéticos. Otros 172 fueron capturados mientras tomaban imágenes o vídeos en zonas no autorizadas.
Un estado de alarma se extendió por todo el país durante la guerra contra Israel -y la intervención militar estadounidense-, en la que el ejército hebreo consiguió golpear infraestructuras de Defensa clave del país, así como las principales instalaciones nucleares. Casi toda la cúpula militar iraní, así como una quincena de científicos nucleares murieron en ataques selectivos, aunque los bombardeos israelíes también provocaron 436 muertos civiles y dejaron a miles de heridos. Desde el inicio de la oleada de ataques el 13 de junio, las fuerzas de seguridad iraníes lanzaron una campaña de arrestos generalizados, acompañado de una mayor presencia militar en zonas militarizadas y regiones del país donde se produjeron protestas antigobierno.
Amnistía Internacional ha acusado al régimen de aprovechar el conflicto con Israel para «intensificar la represión» contra la disidencia. El grupo de derechos humanos iraní Hrana documentó cientos de arrestos durante el conflicto, en su mayoría de minorías étnicas y activistas opositores. Tras la guerra, al menos siete personas han sido ejecutadas, acusadas de espiar para Israel, incluido el científico nuclear Rouzbeh Vadi. Irán ostenta una de las mayores cifras de ejecuciones anuales del mundo y el año pasado alcanzó el número más alto de la última década, con 901 ejecuciones.
En medio de la oleada de detenciones, Irán también expulsó del país a medio millón de inmigrantes afganos, mientras que otros 300.000 huyeron del territorio durante el conflicto con Israel.
En pleno conflicto, el Parlamento iraní aprobó un proyecto de ley para aumentar drásticamente las penas por espionaje y la colaboración con «gobiernos extranjeros hostiles», una medida dirigida a la supuesta infiltración de los servicios de inteligencia israelíes y de Estados Unidos. Sin embargo, la ley ha caído en saco roto, ya que el Consejo de Guardianes -el organismo bajo control del líder supremo, Ali Jamenei, que tiene la última palabra en las decisiones judiciales- rechazó la enmienda. Se espera que la ley se presente de nuevo en el hemiciclo, con algunos cambios para poder ser aprobada, según señaló un portavoz del organismo de control constitucional.
En cambio, el Consejo de Guardianes sí ha aprobado la suspensión de la colaboración con el organismo internacional que regula el desarrollo nuclear de los países, la OIEA -de Naciones Unidas- medida que ha impulsado nuevas amenazas de sanciones por parte de los países que firmaron en 2015 el pacto nuclear con Teherán, Francia, Alemania y Reino Unido. Teherán, por su parte, acusa al organismo de la ONU de realizar informes sesgados que provocaron la ofensiva militar israelí, aunque en las últimas semanas ha mostrado una mayor apertura para permitir el acceso de inspectores internacionales de la OIEA para que analicen el estado de sus instalaciones nucleares tras el conflicto.
Internacional