<p>Las reacciones a la <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/08/16/68a01e8621efa0bc1c8b457a.html»>cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin</a> no se hicieron esperar en Washington, como parte de la refriega política doméstica. El tinte de cada bando, el previsible. Los legisladores <strong>republicanos sacaron pecho</strong> por la actitud firme del líder de su partido, pese a que no consiguiera acuerdo alguno con el mandatario ruso ni lograra el ansiado alto al fuego en Ucrania, firme candidato, a su modo de entender, al <strong>Premio Nobel de la Paz</strong>. Mientras, los <strong>demócratas </strong>mostraron su repulsa por que tendiera la <strong>alfombra roja</strong> al hombre que consideran <strong>un criminal de guerra</strong> y uno de los principales enemigos de la paz mundial.</p>
Legisladores republicanos y demócratas reaccionan con visiones diametralmente opuestas a la cumbre entre Trump y Putin en Alaska
Las reacciones a la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin no se hicieron esperar en Washington, como parte de la refriega política doméstica. El tinte de cada bando, el previsible. Los legisladores republicanos sacaron pecho por la actitud firme del líder de su partido, pese a que no consiguiera acuerdo alguno con el mandatario ruso ni lograra el ansiado alto al fuego en Ucrania, firme candidato, a su modo de entender, al Premio Nobel de la Paz. Mientras, los demócratas mostraron su repulsa por que tendiera la alfombra roja al hombre que consideran un criminal de guerra y uno de los principales enemigos de la paz mundial.
Brian Mast, congresista republicano por Florida, señaló que el mero hecho de sobrevolar un bombardero B-52 sobre la cabeza del inquilino del Kremlin justo antes del comienzo de la reunión bilateral en la base militar de Alaska fue una señal subliminal pero firme. «Creo que el presidente Trump tiene meridianamente claro que Putin está entre la espada y la pared, y creo que demostró esa claridad con su primera acción antes de decir una palabra», indicó. Aseguró que le estaba diciendo a su homólogo ruso que «puede haber consecuencias muy graves» si no se atiene a poner punto y final a la guerra tras tres años y medio de combates.
Sin embargo, Ken Martin, presidente del Comité Nacional Demócrata, mantuvo que el presidente estadounidense tiene «una obsesión enfermiza con el dictador ruso y presunto criminal de guerra, uno de nuestros mayores adversarios», cortejándole durante años pese a no haber obtenido nada a cambio. «Trump ha sido claro en que su agenda de política exterior consiste en permitir que Rusia haga lo que le dé la gana, sin importar lo desastroso que sea para EEUU y sus aliados. Y, al ser puesto a prueba, Trump avergonzó a Estados Unidos al plegarse como un traje barato«.
En la misma línea se expresó Jeanne Shaheen, senadora por New Hampshire. La demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado declaró que Trump «desplegó una alfombra roja y recibió con cariño a un dictador asesino en suelo estadounidense«. Y se mostró a favor de impulsar sanciones a Rusia a través del Senado.
El senador republicano por Carolina del Sur Lindsay Graham, sin embargo, sostuvo que es momento de reconsiderar un nuevo paquete de sanciones a Putin, tras la distensión exhibida en la cumbre. Afirmó que en el caso de que se celebre «una reunión trilateral entre el presidente Trump, Zelenski y Putin, soy cautelosamente optimista de que esta guerra terminará mucho antes de Navidad«, escribió en su cuenta de X.
Fue la señal inequívoca, para Chris Murphy, senador demócrata por Connecticut, de que se está siendo excesivamente blando con un hombre al que no le tembló la mano para invadir Ucrania en febrero de 2022. En su opinión, la reunión bilateral en Alaska ha sido una indicación de que «todo está perdonado».
Del otro lado del espectro, cada vez un coro más amplio de voces reconocen los esfuerzos de Trump para lograr el Nobel de la Paz, republicanos y adeptos al movimiento MAGA en su totalidad. Incluida una sorprendente voz: la de la ex candidata a la Presidencia Hillary Clinton, en su caso demócrata. En un podcast, la ex secretaria de Estado señaló que si Trump es el «arquitecto» de un acuerdo de alto al fuego en Ucrania en el que no se produzca intercambio de territorio y, en el que Putin, «durante un periodo de tiempo, abandone el territorio que ha conquistado para demostrar su buena fe para no amenazar la seguridad de Europa, también le nominaría al Nobel de la Paz«. Claro que no son pocas las premisas que pone Hillary Clinton.
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